domingo, 7 de agosto de 2011

SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
  • ¿Existe una sociedad del conocimiento?
En el último cuarto del siglo xx el mundo laboral enfrento en todas las sociedades la creciente incorporación de la producción empresarial a  la dinámica global de intercambios económicos y tecnológicos introdujo enormes transformaciones continentales, nacionales, y locales, en los campos que se mencionan enseguida:

Tecnológico. Difusión y uso masivo de las nuevas tecnologías en los sistemas de producción.

Institucional. Surgimiento de nuevas organizaciones de regulación.

Organizacional. Nuevos conceptos de administración.

Individual. Individuo-trabajador cada vez más “reflexivo” y “calificado”

Social. Nuevas formas de exclusión o incluso de migración de la mano de obra del campo hacia las ciudades.

Nos encontramos en presencia de un conjunto de fenómenos sociales q interactúan los unos con los otros. Se trata de la globalización creciente de intercambios económicos y culturales; de la transformación del trabajo, de su significado, del surgimiento de individuo “reflexivo” que se da cuenta de antemano de su destino; las nuevas filosofía de administración que celebran la flexibilidad, la movilidad o el just in time.
  • Entonces, ¿de qué se trata la sociedad del conocimiento?
Objetivo de artículos es esclarecer y comprender el alcance heurístico (explicativo) de tal noción, que me parece surgió en el campo científico y político hace dos décadas y comenzó a difundirse a través de los medios de comunicación, y por ende a tener acceso al debate público hace menos de una década.

En todas partes se producen en nuestras sociedades inmensos cambios de todo tipo (científicos, tecnológicos, epistemología, étnicos o éticos) q afectan nuestras capacidades de conocer, de descubrir las nuevas realidades.
Cualquiera que sea la perspectiva disciplina de análisis de la sociedad del conocimiento, todas buscan expresar, a partir de sus teorías de análisis y de su propio lenguaje, el hecho universalmente reconocido sugiere que los cambios fundamentales en todas las áreas de la actividad humana y de los componentes humanos se produjeron durante el último cuarto de siglo de modo mucho más universal.

La noción de la sociedad del conocimiento me parece una manera de formular una hipótesis coherente para explicar fenómenos  casi innombrables que son esos cambios fundamentales. De hecho, creo q habría grandes riesgos, a partir de tales indicios, para elaborar un “gran fresco” de esta sociedad de conocimiento. Caeríamos inmediatamente en el elogio, o por el contrario en la denuncia ideológica de una realidad muy “imaginaria”. Mientras que evoco la noción de “imaginario”, lo hago en un sentido del todo noble, bajo el titulo de un proyecto más o menos explicito, que impulse una sociedad hacia adelante, a la movilización de sus energías.
  • Los cambios en el mundo del trabajo
Por sociedades “asalariadas” se entiende a las sociedades industrializadas que conocieron, en la posteridad de la segunda guerra mundial, un modo  dominante y particular de empleo que prevaleció hasta el fin de los años sesenta en los países europeos: un empleo asalariado sobre una base regular, de tiempo completo, enmarcado por un contrato regular, inscrito en si mismo en un marco legislativo y reglamentario, un empleo vinculado a un puesto de trabajo en un lugar organizado.

Los regímenes públicos se construyen o consolidan generalmente con base a este tipo de empleo asalariado, edificado debido a la referencia institucional y a la norma jurídica del empleo “normal”.
Este empleo estuvo ocupado masivamente por los hombres, razón por la que el salario se consideraba para que viviera toda su familia. Dio pie a un modelo de relaciones entre los sexos y las familias, lo consagro los papeles del padre abastecedor y de la madre ama de casa.
El “trabajo completo” de la sociedad asalariada es entonces, esencialmente, el trabajo pleno de los jefes masculinos de la economía familiar, mientras que el salario femenino se consideraba un salario adicional. Es en este momento cuando la sociedad asalariada ya se encuentra fuertemente integrada y con normas. El trabajo es el factor principal de construcción de las identidades individuales y colectivas.

Ciertamente , no existe progreso posible de la sociedad asalariada si el “pleno empleo”, pero tampoco sin el desarrollo de un Estado “providencia” que ponga en su lugar la seguridad social para mitigar, dado el caso, una ruptura provisional del empleo asalariado: accidente, enfermedad, muerte accidental, desempleo de corta duración, maternidad, invalidez, jubilación.
  • La sociedad del empleo atípico y del trabajador “reflexivo”.
Esta condición asalariada hegemónica empieza a desmoronarse en forma continua a partir de los años setenta; el empleo asalariado típico, permanente y de tiempo completo, de lugar progresivamente a los nuevos empleos, a las formas “atípicas” del empleo.
De esta manera, en cuanto a las relaciones entre los sexos, los modelos familiares se transforman: las mujeres invaden el mercado laboral, y lo más importante: permanecen en el incluso cuando tienen hijos. El derecho al trabajo y las seguridades sociales, concebidas sobre el modelo de empleo asalariado de tiempo completo, se vuelven inadecuados para responder a los problemas que resultan del desempleo estructural y las formas atípicas de empleo.

La edad madura es cada vez menos la del empleo regular de tiempo completo y cada vez más la de la combinación de muchas formas de trabajo, a través de las cuales  cada uno trata de encontrar un ingreso, un mínimo de protección y de ocupación que tenga sentido.

Surge un trabajador “nuevo”: el de la sociedad “reflexiva”. Este trabajador se reencuentra en el centro del análisis puesto que es el productor del sentido de su trabajo, de sus estrategias de acción, dentro de un ambiente institucional y organizacional que evidentemente estructura su campo de posibilidades pero también le permite expandir sus iniciativas y su libertad.
Surge un mundo “nuevo” de la producción, distinguen cuatro mundos ideales típicos: 1) el mundo comercial; 2) el mundo industrial; 3) el mundo interpersonal; 4) el mundo inmaterial. En realidad estos mundos ideales típicos se combinan para dar lugar al nacimiento de mundos reales de producción que son el resultado de al acción de las personas.

  • Un nuevo papel para el Estado
Todo cambio mayor institucional u organizacional, todo cambio de estructura o de referencia cultural representa, casi siempre, una fuente de problemas y de sufrimientos para los individuos que lo enfrentaran.

El estado se volvió mucho más activo en materia de desarrollo económico, de planificación de las necesidades de mano de obra, de apoyo a las empresas para el desarrollo de su competividad tanto nacional como internacionalmente, entre otros mediante políticas de formación de la mano de obra y de orientación explicita de los programas sociales.
Vimos surgir un Estado al que he llamado Estado “socio”, Enabling State. En lo sucesivo será un estado inscrito activamente en el proceso de la globalización económica, política y cultural, llamado a desempeñar un nuevo papel en el proceso de la gobernabilidad sobre una base territorial.

  • El empleo en una encrucijada ¿Hacia la precariedad, la economía social o la sociedad del conocimiento?
El surgimiento de tal sociedad de la precariedad no representa más que una cara de las consecuencias de la decadencia de la industria; otras consecuencias son el incremento de los servicios y el cambio de la estructura de las ocupaciones. La finalidad es incorporarla, con la estrecha colaboración de la sociedad civil, a un tercer sector situado fuera del Estado y del mercado y que debería otorgar a sus integrantes un ingreso suficiente para subsistir en compensación a trabajos realizados en empleos atípicos orientados hacia los servicios de proximidad.

  • La sociedad del conocimiento y la referencia obligada a la sociedad industrializada
El análisis sociológico de estas transformaciones ha evolucionado mucho a lo largo de treinta años; sin embargo, es sintomático que los principales autores contemporáneos de la sociedad del conocimiento desarrollaran generalmente sus argumentos en referencia explícita, y por lo tanto diferencia incluso de ruptura estructural con la sociedad industrial, que si no ah desaparecido, no constituye tan empírica como teóricamente más que la referencia dominante para la comprensión del mundo en el cual vivimos hoy en día.

  • Las transformaciones globales e interdependientes hacia una nueva diferenciación social
Una de las características de estos análisis es el insistir en una multiplicidad de transformaciones, todas interdependientes, independientemente del ámbito: del trabajo de su organización, de su contenido, de su estatus cultural en la sociedad; de la influencia del desarrollo de tecnologías, de las comunicaciones, de la información; de la internacionalización de la producción, vista con la globalización de la economía y de la liberalización de los intercambios etc.

Los paradigmas del análisis sociológico es el de la diferencia social propone una tipología de los empleos de la economía del conocimiento que distingue fundamentalmente los empleos inscritos en una competencia mundial y los empleos que están protegidos.
Además nos muestra que las nuevas formas de relaciones sociales son todas tributarias de las convulsiones sociales, económicas y culturales; por lo tanto, son testigos del surgimiento de la sociedad del conocimiento.


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